
Sábado día 8, 11:00 de la mañana puerta del Café Zurich ....
Podría ser el comienzo de un guión de una película o simplemente una hora y un sitio para quedar, pero en realidad no es ni una cosa ni exactamente la otra. Café Zurich para aquellos que son de Barcelona es un lugar emblemático, quien no ha tomado un café en su interior o terraza , quien no se ha citado alguna vez en su puerta, quien.... pues en este lugar emblemático de la Plaza Catalunya, de la Ciudad Condal, nos dimos cita unos Adictos a la Lujuria para desplazarnos a una jornada inolvidable, pero durante las espera nos entro la ñoñeria y la nostalgia aunque si bien este Zurich ya no es mi Zurich, el mío era viejo y lleno de historia, el nuevo es eso, nuevo, más menos en el mismo sitio, pero no es mi Zurich, en el mío, en el de mi recuerdo pase tardes y noches de charla entretenida, divertidas experiencias y trágicas, mi Zurich fue el lugar de despedida de nuestro amigo Luis cuando hace mas de 15 años tras una intensa noche en Karma, KGB... se despidió para no volver jamás.
Tras recordar al amigo de muchos de los que hoy formamos parte de Adictos a la Lujuria y recobrar la compostura de un sábado por la mañana de recién levantado, y no de apunto de acostar, nos adentramos en el Triangle para actualizar nuestra colección de guías vitivinícolas con la compra de las ediciones de 2009, ahora ya si que estábamos preparados para el tranquilo paseo hasta la Plaza Real a través de las Ramblas.
Me sorprendí a mi mismo, ya no me acordaba cuanto tiempo hacia que no paseaba por las Ramblas, en los últimos años me había limitado a pasar para ir o volver de, pero no, no había paseado, y la verdad, que poca emoción, quien es el responsable de tener toda la rambla ordenadita, las flores con las flores, los friquies con los friquies, los artistas con los friquies.... si, si, artistas con friquies, recuerdo cuando hace unos años unas ramblas mucho más entretenidas y anárquicas, propio de un puerto mediterráneo y no de un paseo centro europeo, los hombres y mujeres estatuas repartidos a lo largo del popular paseo eran artistas, sin reglamentos municipales ni tonterías, artistas, ahora, tras concursos, reglamentos.... solo hay que pasar y pasear para ver que hay, por Dios y no quiero generalizar pero, por Dios.
12:00 de la mañana Plaza Real, grupos de alemanes, ingleses, chinos, japoneses, indios..... corrían tras un paraguas ensimismados tras un guía a paso veloz.
12:15 de la mañana ya somos más los Adictos que esperamos y los rusos, chinos, americanos.... siguen corriendo tras las explicaciones de un guía que a buen seguro no explicara nada de la fauna nocturna que se da cita en esta céntrica plaza.
12:30 ya estábamos todos y Julieta, nuestra Glenrothes Embassy favorita, ya tenia todo preparado en la sala de cata de Taxidermista.

A continuación os dejare el contenido de la Master Class en Wiskhies, en general, y Clase magistral en Glenrothes, en particular, pero antes os contare que sentimos, que olimos, que catamos.....



Cada uno de los presentes pudo comprobar el buen encaje que tiene este destilado con los chocolates y manifestó sus dudas con la posibilidad de maridar los whiskies con la comida. Finalmente, unos más convencidos que otros, creo que la curiosidad llegara a nuestras casas, cataremos y maridaremos con la mejor disposición anchoas, mojamas, ahumados.... con Glenrothes y algunos, si disfrutamos de las sensaciones comentadas por Julieta, repetirán .

Glenrothes Select Reserve
Empezamos la cata con el whisky más directo de los tres, aromas más frescos, roble, vainilla y coco, en boca presencia del malteado, vainilla y piel de naranja, muy manifiesta tras unas gotas de agua y un postgusto largo y especiado.
Glenrothes Vintage 91
Quizás el más discreto de los tres, tranquilo, suave pero complejo, fácil de beber, aromas a frutal, vainilla y chocolates, en boca nos lleva recuerdos vainillados, coco, mantequillas. Muy recomendable por su relación calidad / precio.
Glenrothes Vintage 87
Con Whishies así no me importaría abandonar mis preciados brandies jerezanos, afición de los últimos años por Glenrothes Vintage 87, un whisky que enamora, aromas frutosos con recuerdos a Jerez, notas torrefactas, coco. En boca es suave, conquistador, con recuerdos a piel de naranja y un retro y posgusto largo.

Nosotros tras comprobar que aquellos que caminaban con paso firme detrás de los guías turísticos ya finalizaban sus postres en la terraza de Taxidermista nosotros nos dejamos engullir por las calles de los alrededores de la Plaza Real hasta el interior del Restaurante La Lluna (Carreró S. Bonaventura, 7., C/Santa Anna, 20) donde finalizamos tan interesantísima jornada.
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HISTORIA DE GLENROTHES


PROCESO DE ELABORACIÓN



CONSEJOS


Fin
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