1 de julio de 2007

VIJAZZPENEDÈS

El pasado fin de semana Adictos a la Lujuria envió a dos de sus colaboradores a un evento muy interesante en Vilafranca del Penedès y del que publicamos la crónica tal y como la hemos recibido.

El club no se responsabiliza de las opiniones, ni de las cuentas sin pagar, ni de los platos, copas....


18.00 H. aprox. Sábado 30 de junio.
Llegada a Rambla San Francesc donde se hallan instalados los 60 cellers expositores bajo un sol casi canicular y un ambiente in crescendo premonitorio de una buena velada. Hemos observado buena parte de los expositores y decidimos visitar aquellos que no nos resultan familiares, intentando dar protagonismo a nuevas posibilidades o, dicho de otra forma, cotillear bodegas desconocidas por nosotros, sinceramente la mayoría de ellas, pero curioseando.

Con ese escaso tiempo disponible y dentro del límite de nuestros conocimientos hemos comenzado con trampa, por el estand nº 5, un clásico, Jean León, degustamos el merlot del difunto Ceferino Carrión y el cabernet 2001, es abrir boca sin riesgo. Ahora sí, a curiosear de verdad aunque con alguna vaga referencia.

El amigo J. a. Peñín (nota de humor) se acuerda de que en una ocasión probó un Pinot Noir de Can Rafols dels Caus pero, mala suerte, "no lo tenemos en este momento, lo siento mucho", nos dice un amable señor del estand en un catalán muy aceptable para ser él extranjero y que en su lugar nos ofrece un vi negre elaborado con una varierad local que no conocíamos y que después de abandonar el estand nos arrepentimos de no recordarla. No pasa nada, continuamos, no somos enólogos sino aficionados pero nos ha gustado, que es lo que cuenta en definitiva.

Es la hora de la cata popular que ofrece Torres y tenemos suerte de estar en primera fila(suerte=morro). Ya nos dicen que es un cursito básico de cata, o sea, tres vinos económicos no exentos de calidad: viña sol, de casta rosado y atrium 2005 amenamente "destripados" por un agradable enólogo de la casa durante una hora de complicidad sensorial.

Olvidamos que antes de Torres , en Pinord nos han adelantado un formato nuevo de etiquetado de su blanco Mireia que nos gustó (el vino más que la etiqueta) y también el Pi del Nord negre.

Gracias Pinord por no cogernos el ticket y por los frutos secos que se agotaron misteriosamente en los 59 estands restantes.

Pasamos por "Emendis" a ver si tenían algún vi negre pero sólo quedaba blanco y no nos apetecía en ese momento. Y al girarnos nos encontramos lo que sería la sorpresa de la tarde, mucha gente en un estand que no nos sonaba, Parès Baltà, y allí estaba Josep Anton Tudela "Pocholo" , que insitió en que invirtiera mi ticket (que nos rechazó al final) en un rosado que me recomendaba muchísimo, yo que no soy amigo cercano de los rosados no sé porqué, y también se lo puso al amigo Cordero mientras hablaba con el móvil con el presi (de resaca de boda el bandido). Y... (taco), han inventado un rosado 100% Sirah que gracias a Dios por la insistencia, amigos hay que buscarlo.


Pero Pocholo tenía más ases en la manga, "probad por favor: Marta de Baltà 2004", espectacular, y no se vayan todavía, Absis 2003 Vinyes del Garraf, que si no me equivoco contenía esa variedad que no nos salía el nombre, la "Marcelán" que se cultiva allí en el mismo Garraf . Bien por Pocholo, amable y seguro de lo que ofrece. Y como no, hay compadreo sano, nos aconsejan visitar a quien trabaja la Marcelán con extremo cariño por petición expresa de aquí los colaboradores, y así se visitó "finca viladellops".

Coincidimos en que el vino que probamos, de igual nombre que el celler, tiene una astringencia dulce causada por la Marcelán en gran parte, ya que el coupage incluía distintas variedades entre ellas la cariñena. En fin, algo que podemos beber para degustar simplemente acompañado de nada. Y por lo demás, los conciertos ya los teníamos programados y organizados estos sufridos colaboradores en sus respectivos hogares, con la actuación estelar a nuestra llegada de las sendas parientas de nosotros mismos.

Sí que es para meditar el "maridaje" anunciado de vinos y jazz del evento, puesto que cada uno ha ido por su lado quizás por la distancia entre vino y escenarios. Acerquen, organizadores, el buen jazz al vino , porque el vino, él solito, no hace falta que se esfuerce para estar cerca nuestro.


Juan de la Cruz Parker y José Antonio Peñín (los apellidos es muy probable que no coincidan exactamente con los originales, consulten con su farmacéutico)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Magnífica crónica digna del más elevado rigor periodístico. Sublime.